Siéntate, un hombre bastante delgado que vivía en una pequeña aldea donde la población no llegaba a los dos millones de habitantes, estaba sentado en el patio de su casa leyendo con sus enormes gafas la portada del periódico DEF (que en anteriores versiones se había llamado ABC) donde aparecía el siguiente mensaje: "Tonto el que lo lea". Se quedó durante 8 años pensativo, hasta que finalmente se dio cuenta de que lo había leído, entonces sus antepasados de la dinastía "Pignoise" levantaron sus tumbas de cartoné y se alzaron al vuelo, hasta que llegó un aire cálido de Pompeya y se los llevó.
A todo esto, Siéntate estaba en un cohete espacial, en una misión de la N.A.S.A.L. (un departamento muy importante de Estados Unidos que se encargaba de los constipados y catarros) mientras notaba la ausencia de la gravedad veía como se le desabrochaban las zapatillas que tanto sudor le habían costado (en aquella época se pagaba con sudor). Finalmente el Papa Gustavo Adolfo Becker XVII con una mochila propulsora se adentró en los Andes, hasta que falleció por obra y gracia del Espíritu Santo (un pájaro le cagó en un ojo y la infección le llegó hasta el diafragma, causando una parada cardio-respiratoria inmediata).
Cuatro años después descubrimos que Siéntate no se llamaba Siéntate, sino Zarigüeya... Un nombre que causaba sensación en la época. Pero Zarigüeya prefirió pasar toda su vida en el anonimato.
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